Un amigo mío, Laureano, de Argentina, está por unos meses aquí en Barcelona y habíamos quedado en que venga a casa un rato, a eso de las 18:00. Eran las 17:40 cuando estábamos subiendo, así que yo había agarrado el celular por si Laureano llegaba un poco antes y nosotros estábamos tendiendo ropa. Teníamos un fuentón lleno de ropa, unos broches, la llave de la terraza y el celular. Empezamos a pensar qué hacer. Yo recordé un episodio similar en Plantalta, cuando nos quedamos encerrados por dentro junto a W, y tuvimos que pagar $15 para que el cerrajero, en 3 minutos, destrabara la puerta. Pensando cómo son las cosas acá (me refiero a que el trabajo manual está mejor pago) empecé a considerar la situación de llamar a un cerrajero y pagar 50€.
Mientras seguíamos elaborando teorías como subir por la ventana, cruzarnos desde el depto de algún vecino, o tratar de girar la llave desde afuera, llegó Laureano. Escuchamos que tocó el timbre pues desde el pasillo, donde estábamos "encerrados" se oyó sonar el portero de nuestro depto. No podíamos responderle, claro, así que bajé en ascensor y lo ví. Me pareció que estaba tratando de volver a tocar, o que estaba un poco nervioso porque había tocado un par de veces y no le habíamos respondido. Así que le abrí, lo saludé, y le dije la triste noticia:
- Espero que no te estés meando o con mucha sed, porque nos acabamos de quedar encerrados afuera.
No lo podíamos creer, claro. Es una de esas situaciones que parecen irreales. Luego de pensar algunas otras teorías tan absurdas como inútiles, decidimos llamar a un cerrajero. Para ello necesitábamos algún número. Era sábado tipo 18:00, muchísimo calor, y no recordábamos ningún cerrajero por la zona, así que lo mejor era llamar, en vez de salir a buscar. Tocamos la puerta de un par de vecinos. Finalmente, una vecina nos abrió. Con cara desconfiada, nos dijo:
- Os puedo dar la guía, donde seguramente pone el número de algún zerrajero.
- Bueno, muchísimas gracias. Después se la alcanzo.
- O si no estoy, me la puedes dejar en la puerta.
(Parece que dos líneas de interacción con desconocidos ya era suficiente por todo el mes. No es cuestión que tengamos que volver a hablar: "dejame la guía en la puerta")
Buscamos en la guía, había cientos de anuncios de cerrajería. Muchísimos. Llamamos a uno, que decía algo así como "Urgencias - 24 hs - Abrimos puertas". Llamamos y preguntamos presupuesto, pero esquivaron la pregunta. Volvimos a insistir, no queremos contratar el servicio si no sabemos cuánto sale. Pero dijeron algo como "no le puedo decir, hasta que no vaya el técnico". Bueno, que venga nomás... así serán las cosas acá, nunca se sabe.
Tiempo después sonó el portero. Bajé, estaba esperando un tipo muy distinto a la imagen que mi prejuicio había imaginado. Un tipo cool, con moto, campera de cuero y anteojos oscuros. Subimos al ascensor, y antes de que yo sacara un tema para pasar los 3 pisos, me dijo:
- Te han dicho cuánto es el precio?
- No, y preguntamos varias veces! Nos dijeron que no nos podían decir hasta que usted llegara
- El costo es de 140€ más IVA
Debo haberme puesto blanco, y no alcancé a contener mi sorpresa:
- Cómo? en serio me decís (notar que ya no digo "dices", sino "decís". Te sale cuando estás apurado)
- Sí --contestó con cara totalmente inmutada
Llegando arriba, me comentó:
- Entiendo que la empresa no te haya dicho nada. No es su culpa, señor, ni tampoco la mía. Si usted no quiere el servicio, no pasa nada
Casi no hizo falta buscar la mirada de complicidad de Mariana cuando le dije "El señor me informa que el costo es de 140€ más IVA". Fue un seco y directo "Señor, le agradezco pero no". Se volvió a poner los anteojos, y se fue por el mismo ascensor.
Joder! 140€!! Más IVA!! "Estamos en graves problemas", pensamos. Seguimos buscando en la guía, y encontramos un cerrajero que decía que por 50€ te abre la puerta. Excelente. Excelente? 50€ para abrir la puerta? En fin, llamamos.
- El costo es de 75€ u 80€ más o menos, dependiendo del trabajo
- Pero aquí dice 50
- Pero hoy es fin de semana
- Entiendo. Bueno, le llamos en 5 minutos para confirmar
Llamamos a otro. 120€ más IVA. Decidimos quedarnos con el de 75€:
- Hola? Una pregunta: los 75€ del servicio ya incluyen IVA, no?
- No, pero si tú no precisas factura, entonces no te cobro el IVA
- Vale. No necesito factura. Lo esperamos nomás.
Aprovechando el tiempo hasta que llegue, subimos a tender la ropa. Suena el celular:
- Soy Raúl, el cerrajero. Era para avisarte que estoy en otro cliente, también abriendo una puerta, y en un rato voy por allá
- Bueno, gracias. Tú me llamás y bajo a abrirte, vale?
- Vale, majo. Nos vemos
Muy simpático. "Este no debe ser catalán", pensé. No tenía la falta de simpatía que los caracteriza.
Llegó Raúl, bajé a abrirle. Yo no pude con mi genio, y ya había empezado a hacer los números. En media hora se abrió dos puertas. 150€. Un grande.
Para matar el tiempo, comencé la conversación:
- Mucho trabajo?
- Muchísimo. No sé quién dijo que el trabajo era bueno, pero a mi trabajar tanto un sábado y con este calor, no me va
- Siempre hace tanto calor aquí?
- No sé, yo llegue hace 7 años.
Eso confirmó definitivamente mi teoría: un cerrajero barato, que es simpático, que me entendía bien cuando yo le hablaba por celular... no era de acá. Antes que yo, me dijo:
- De dónde sos?
- De Argentina, de Córdoba. Y vos?
- Uruguayo.
Nos preguntó si "la llave estaba echada", es decir, si habíamos dado las dos vueltas de llave, a lo que respondimos que no. Sacó entonces un pedazo de cartón (de un plástico bien finito, en realidad), lo introdujo entre la puerta y el marco, lo movió un poco y un con pequeño empujón, zas!! Puerta abierta.
Tampoco pude evitarlo esta vez, fue instantáneo:
- La concha de la lora!!
dije, refiriéndome a lo absurdo de toda la situación! 75€ para que venga un tipo y en 1 minuto, con un pedacito de plástico me abra mi propia puerta. Si me lo cuentan no me lo creo.
Raúl es uruguayo. Sabe exactamente qué significa lo que dije, sabe exactamente igual que nosotros lo absurdo de la situación, sabe exactamente el precio desorbitante que nos estaba cobrando. Creo que hasta sintió vergüenza: empezó a reirse, como hace mucho que no veía a nadie reirse; estuvo un rato a carcajada limpia, hasta que pudo tomar aire y, secándose los ojos, confesó:
- Es que hace muchísimo que no escuchaba a nadie putear así
Fui a buscar la plata, y nos hizo un descuento:
- Lo dejemos en 70. No es un gran estirada, pero es lo que puedo.
- Está bien, gracias. Sos mi ídolo, quiero ser cerrajero --dije estando seguro que también entendió el eufemismo
- Pasa que si no tenés tu propia cerrajería, no sirve --respondió a mi eufemismo.
Hacía mucho calor, y Raúl estaba todavía colorado de las risas de hacía 5 minutos. Me cayó bien. Me sentí violado y hasta casi que me gustó.
- Querés un vaso de agua? Hace mucho calor.
- Uuu, sí, muchas gracias
Estuve tentado de decirle "Bueno, pero son 20€". Pero me contuve :)
- Bueno, Raúl, antes de que te vayas, nos sacamos una foto? dale, dale!
- Ok, dale!
Así que este es Raúl, sosteniendo la llave. Laureano sacó la foto, y por eso no sale. Yo ya conseguí un pedazo de plástico, mañana voy a abrir la puerta. Y le tengo que devolver la guía a mi vecina.
