29 de septiembre de 2008

Sí, el tiempo es veloz.

Un día como hoy, pero 2 años atrás, me estaba recibiendo, junto con Chun .

Desde aquel momento me casé, cambié 2 veces trabajo, 3 veces de país, 6 veces de domicilio, empecé a aprender catalán y a olvidar (lo poco que sé de) italiano, probablemente viajé mucho más que en toda mi vida, me creció el pelo y también (un poco) la panza. Muchas otras cosas cambiaron, quizás menos tangibles, pero igual o más importantes (bueno, de eso se trata un poco este blog). Es un buen momento para reflexionar. Ya pasaron 2 años! Tengo los recuerdos mucho más frescos que lo que escribí acá . En realidad, son frescos y muy vívidos en ambos casos, solamente sucede que recuerdo más cosas de mi recibida.

Les dejo una foto de cómo lucía después de presentar la tesis:



28 de septiembre de 2008

El tiempo es veloz

Corría el año 1996. Me acuerdo porque estaba en quinto año de la secundaria. El colegio al que yo asistía ofrecía clases extracurriculares de computación (y también de teatro, pero nunca fui). Yo había tenido una computadora en casa hacía unos años, una commodore 128 , y me había interesado el tema.
El curso de computación duraba 3 años. Según recuerdo, yo hice dicho curso mientras cursaba primero, segundo y quinto año de la secundaria. En tercero no asistí, y nunca tuve cuarto año: debido a un cambio de planes de educación yo pasé directamente de tercero a quinto (en realidad, sólo cambió el nombre). En 3 años tuve, si mal no recuerdo, 4 profesores. Como se imaginarán, aprendí muy poco. Cada profesor quería comenzar desde cero con contenidos nuevos (y "aprendí" cosas como ChiWriter, Quattro Pro, 3D Studio...). El profesor del último año se llamaba Luis Perroni, y es uno de los personajes de esta anéctoda. Perroni tenía una voz muy grave, era más bien petiso (bajo), vivía "lejos" (a unos 30 km), y era joven (estaba por cumplir 28. Pero ya llegamos a eso). Lo busqué hace un rato en internet, pero no lo encontré.
El otro personaje era un amigo con el cual, además de compartir el curso de computación, compartíamos clases de inglés. Es un año más grande que yo, así que estaba cursando el último año de secundaria. Le decíamos el Puche. Yo tenía 16 y él 17.
Por esas cosas de la vida, el Puche y yo éramos más o menos amigos de Perroni. No recuerdo exactamente los detalles, pero tengo la sensación de gastarle alguna que otra broma, de reirnos de con él, y demás.
La cuestión es que Perroni nos invitió a su vigésimo octavo cumpleaños. Estábamos contentos: el profe cool de computación nos había invitado a su cumple! Como dije, vivía en otra ciudad, tuvimos que ir en colectivo, llegar a una ciudad desconocida y tratar de llegar a la casa de Perroni. Como dije, nosotros teníamos 16 y 17, tomábamos cerveza, vino con coca-cola, y escuchábamos a los Guns. Y, por supuesto, llevamos un par de cervezas al cumpleaños, esperando no quedar muy fuera de contexto.
Finalmente llegamos, y nos adentramos con un poco de miedo en ese mundo de grandes. Perroni aún vivía con la madre, que nos recibió diciendo "pasen, pasen, Luisito está adentro". Pasamos a la cocina y guardamos las dos cervezas en la heladera, que estaba llena de botellas de coca-cola. El living de la casa ya estaba bastante lleno de gente. Todos más o menos de la edad de Perroni. Nadie, repito, nadie estaba tomando cerveza o vino. No había botellas vacías en la mesa. No había, excepto las dos o tres cervezas que llevamos con el Puche, ninguna botella con alcohol en la heladera!
Llegaron unos invitados, él y ella. Tocaron el timbre, y Perroni fue a abrir la puerta.
- Hola! Trajimos Pepsi
- Entonces no pueden entrar
- No, mentira, gil!! Por supuesto que trajimos coca-cola!!
- Jajajaj, pasen, pasen

No lo podíamos creer! Estábamos flipando. Un cumpleaños de 28... de un tipo que aún vivía con la madre... cuyos amigos tomaban solamente coca-cola (y no otra bebida de cola).
En un momento empezaron a querer ir a buscar todas las computadoras de los amigos para hacer lo que hoy llamaríamos una LAN party. Nos contaron que se pasaban varias noches jugando en red (no recuerdo bien a qué jugaban... debe haber sido el Doom, o el Wolfenstein).
Nos parecieron muy muy muy ñoños (nerds, geeks, botones), y yo, particularmente, quedé impresionado.

Lo divertido de la historia es que hoy, 12 años después (Perroni debe estar por cumplir 40!!), yo pasé por una historia más o menos similar. Ahora soy yo quien tiene 28. Sigo tomando cerveza y vino (y demás), y hace raaaato que ya no vivo con mis padres. Pero sí que me baboseo con las computadoras, y que he pasado unas cuantas noches jugando en red con amigos, y que de vez en cuando lo vuelvo a hacer. Y no quiero ni pensar la cantidad de veces que me han llamano ñoño.


Estos 12 años pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Cómo pasa el tiempo!!